El carro coqueto siempre en movimiento, le guía el impulso de su joven dueño, vestido con garbo aunque sin portentos, pregona con gracia lo que lleva dentro, pequeños detalles, sueños y más sueños, molinos de viento, globos de colores, estrellas doradas, hadas de papel, los niños le miran, se acercan a él, una gran sonrisa llena de bondad por dentro se alegra al llegar la noche quizás comerá, los niños le miran y quieren comprar sus padres inquietos apenas se pueden parar ¡no os entretengáis! ¡En otro momento! Se queda muy quieto pensado quizás que al llegar la noche no pueda cenar, es solo un momento, no hay tiempo de mas, ¡palomitas niña! Nubes de algodón!
Un pequeño puerto le sirve de hogar entre los turistas siempre sin parar, su vida diaria sacada de un cuento un puerto cualquiera un destino incierto, un gato su amigo el único compañero con quien al llegar la noche comparte sustento, se pasan las horas y el día va cayendo, cansado y tranquilo busca un aposento, una manta raída y un plástico negro para protegerse del frio que acecha callado atenazando el cuerpo, en un rinconcito del tranquilo puerto bajo las estrellas se acaba durmiendo.
Dedicado al vendedor de aquel puerto…. Y a todos los vendedores de todos los puertos:)
Se que te gusto:)! Gracias!!!!
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