Querido septiembre, como siempre has llegado con aires de cambio impregnados de melancolía, las vacaciones terminan y los días amplios de sol, de horarios extendidos y tintos de verano, serán solo sustento de nuestra memoria, intentando nutrir el desapacible invierno de horarios imposibles y comidas aceleradas.
Querido septiembre has llegado luciendo tus peores galas, dejando un manto negro sobre “La sierra bonita” cubriendo nuestros sueños verdes, de cenizas incandescentes que no precisamente dejan calor en nuestros corazones desangelados. Todos los años nos cuesta acomodarnos a tu ritmo frenético, y escalar tu cuesta que se empeña en ser cada vez mas empinada, los ya habituales gastos de material escolar, los madrugones, los lloros infantiles, se quedan relegados ante el invierno que nos vaticinas; recortes en sanidad, en educación, el paro atroz que sufrimos y esa inmisericorde subida del IVA que nos pone todo cada vez más difícil, hacen que tu ya mencionada cuesta nos resulte imposible de escalar.
Querido septiembre, decía Einstein “que es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno” Solo me queda pedirte un poco de cordura para ser capaces de sacar lo mejor de cada uno en estos momentos.
María José
