Para muchos y sobre todo me atrevo a decir para muchas el máster financiero por excelencia es aquel que todas las madres y digo madres, el termino ama de casa no me gusta nada, como decía es el que hacemos cuando llega el mes de Septiembre, los medios y la gente en general se jactan de decir cual dura es la cuesta de enero, pero… me pregunto yo, ¿y la de setiembre, quizás es más liviana? ¿es menos cuesta? o simplemente nos esforzamos en alardear menos de ella, el año escolar comienza y con el toda una serie de gastos encadenados que si nos ponemos a sumar la cuesta indiscutiblemente desbanca por goleada a la ya famosa de primeros de año, uniformes , libros, material escolar, material deportivo y un largo etc, y eso sin enumerar los estragos sicológicos que los cambios de centros, el cuadrante de extraescolares, y el desasosiego hasta ver todo recolocado de nuevo hacen en nuestro indefenso sistema nervioso, acomodado a los libres horarios y la paz que nos ha generado el periodo vacacional. La vuelta a la normalidad académica trae una larga lista de gastos asociada y una gran dosis de nervios contenida, situaciones con las que tenemos que lidiar intentando que nuestro organismo no se revele y nos haga todavía más cuesta “la cuesta”
Atrás quedaran los sueños de algodón y como por arte de magia nos envolverán otros esta vez con olor a tizas y a letras recién imprimidas.
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