Mi lápiz, mi papel, mi café… y sobre todo la suave brisa que tranquilamente se cuela por la ventana impregnando sutilmente de notas perfumadas de los resquicios que durante la calurosa noche han ido derramando (cual notas celestiales) la dama de noche y, demás plantas aromáticas que se empeñan en hacernos más llevadera la canícula estival al dejar un halo sutil en el ambiente que con el simple hecho de respirar nos recuerdan que todavía seguimos inmersos en la estación más dorada del año, la estación de los paseos al atardecer , de las noches sin prisas, las noches en que alargamos la llegada de Morfeo aun a sabiendas que al amanecer nos tendrá más que atrapados en su tela de araña, que nos costara infinitos esfuerzos escapar de su hechizo vespertino, poco a poco no sin esfuerzo nos iremos desenredando y la secular pereza que nos invade irá dando paso a la necesidad de coger un largo día desde el principio para poder exprimir sus horas de la mejor manera posible siempre con el pensamiento puesto en aprovechar al máximo estos jornadas que vivimos con la intensidad de no querer hacer mucho, pero a su vez hacer todo lo que durante el resto del año no llegamos a realizar.
Pues si hoy es un día así un día mas, en este aciago verano loco que nos está tocando vivir, el tiempo fluctúa, aparece un día suave preludio de sol pero sin desmedidas y de pronto se convierte en un calor abrazador imposible de soportar o una ventolera de las que te echan de la playa sin contemplación alguna, por otra parte los mercados no fluctúan agonizan en los vaivenes de una marea tan intensa que nada ni nadie puede darles ni tan siquiera un halo de esperanza, la congelación de salarios, la subida del IVA y el mantenimiento a cuerpo de rey de esa clase política que tanto nos indigna y nos oprime, se ha comido el presupuesto de la gran mayoría de los españoles que como yo sueñan con unos días a cuerpo de rey en cualquier sitio, pero eso si cualquier sitio con el punto justo de animación y soledad para descargar tensiones acumuladas y a la vuelta poder saborear recuerdos inmejorables que nos alegren de vez en cuando los fríos invernales que se avecinan, con este panorama solo nos queda seguir soñando con más fuerza si cabe, seguir saboreando los aromas conocidos dejando para tiempos mejores los exóticos anhelos de explorar remotos entornos para los cuales sin lugar a dudas necesitamos un poco mas de confianza y sobre todo que nuestra dorada tarjeta abandone los números rojos y nos sonría con mas optimismo… estoy segura que esos tiempos llegaran, no sé cuándo pero llegaran…:)
Besos amig@s:)